sábado, 19 de junio de 2010

Con tanto paro como el que hay

En la sección de telefonía móvil del English Cut:

Yo.-Hola buenos días. ¿Tenéis el modelo x?

Dependiente con ínfulas.-(Mirándome de arriba a tan abajo como el mostrador que nos separa le permite.) No.

Yo.-¿Sabéis cuándo os llegará? Es que hace un par de días vi en vuestra página web que lo tendréis disponible.

D.-(Con cara de hastío.) Pues no. No sé nada.

Yo.-Y vamos, de precios supongo que sabréis menos.

D.-(Sin sacarse de la boca el boli que lleva mordisqueando desde antes de que se pusiera a atenderme pero dibujando una media sonrisa, suerte tiene del mostrador que hay de por medio.) Ni idea.



Yo tampoco cupe en mi asombro

Señores de la compañía de telefonía móvil naranja. En vuestro mostrador del English Cut de Plaza Catalunya de Barcelona, hoy, sábado 19 de junio de 2010 a las 14.00 horas aproximadamente, uno de vuestros empleados me ha atendido así, tal cual. Supongo que os sobran clientes…

jueves, 3 de junio de 2010

Porque no hay en mi vida un martirio que dure más…

Con esta subordinada causal y voz engolada, la más histriónica de nuestras gritonas (lo siento Marta, pero te falta sangre) se dio a conocer en su madre patria, que antes lo hizo allá por las Américas, hace cosa de década y media. Y lo hizo por todo lo alto, vestida de pendón greco-romano y en el Sorpresa Sorpresa, con un pelito del que mejor no hablar porque ocuparía demasiadas líneas de texto y no he encendido el ordenador para divagar sobre semejante horterada. Poco tiempo después y desde entonces, para mi cuadriculada mente en la que los estereotipos más antagónicos conversan con amenidad mientras toman el te, ser figuerense es sinónimo de ir disfrazado de caracol con una antena de cada color mientras le gritas a todo el mundo con el que te cruzas por la calle que hagan el favor de desatarte (o que te aprieten más fuerte).

Momentazo All-Bran

El histrionismo mola. Puede ser cansino, en la medida que lo son todas las cosas de las que se abusa, pero bien dosificado es una graciosa manifestación de los artificios que componen la compleja naturaleza humana. Dos niños se proponían mutuamente llorar al llegar ante el escaparate de la tienda de golosinas para tratar de rascar algo de sus padres. Esta anécdota me la contaron hace un par de días. ¿No es adorable? Mocosos así, aunque hostiables, dejan a Marisa Paredes a la altura del betún, que es donde se merece estar. Porque ser histriónico es mucho más que ser exagerado en las formas. Se necesita dramatismo, vislumbrar un oscuro futuro carente de luz al final del túnel. Una Madama Butterfly por Maria Callas, una entrega de notas de cuarto de E.S.O. Si Puccini hubiera sido ministro de educación a la vez que compositor, ¡Cuántas geishas travestis corretearían por los pasillos de los institutos! ¡Cuán diferentes habrían sido los argumentos de seriazas como Al Salir de Clase, Compañeros o El Internado!


Con mi moño y mi somblilla, aleglá pelo infolmal


Yo, señoras y señores, soy histriónico. Mis gripes son las más febriles. Mis dolores de muelas son los más intensos. No hay alergia estacional peor que la mía y, para más inri, estamos en mitad del meollo. Docenas de pañuelos de papel usados llenan mis bolsillos formando enormes bolas de celulosa de doble capa. Sandalias hippiosas y foulards al viento invaden las calles mientras a mí me dan ganas de envasarme al vacío. Las frases se entrecortan ante la amenaza de un nuevo estornudo. Siento mis ojos humedecerse con las lágrimas que brotan. Marisa, no eres nadie.