martes, 22 de marzo de 2011

Primavera time!


Así como es imposible estornudar con los ojos abiertos, hoy he podido comprobar que no se puede uno sonar la nariz con la boca llena de enjuague bucal sin tener la necesidad de pasar luego la fregona. Son esos maravillosos mecanismos de autodefensa que tiene el cuerpo como toser, estornudar o vomitar los que de forma tan indecorosa nos mantienen a salvo de las invasiones externas.


Borrasca con señora a punto de defenderse

Señores de Nadone, antes de que ustedes inventaran eso de los L-casei-inmunitas-in-the-morning-con-bufanda, el cuerpo ya generaba sus propias defensas tan ricamente, por los siglos de los siglos amén, y los niños bajábamos a la plaza del pueblo en cuanto acababa Barrio Sésamo a hacer pastelillos de barro. Así reforzábamos las defensas, a base de mierda. Pero ahora, que hasta los salchichones se venden en fundas de plástico y llevamos esprais antibacterianos en el neceser del bolso, tenemos el cuerpo idiotizado. Yo, que soy de la generación que se tragó erase una vez la vida, erase una vez la historia, erase una vez el mundo, erase una vez el cuerpo humano y erase una vez las fallas, los toros y el acueducto de Segovia, cada vez que me trago un cactimel de esos me imagino que una legión de microseñores con caras de estar muy enfadados se me meten por las tripas y montan una escabechina. Pobre flora intestinal, ella que no tiene culpa de nada y le van a gastar el nombre de tanto mencionarla por televisión. Y como la misma televisión nos recuerda año tras año, ya es primavera, y no solo en las cadenas de grandes almacenes, sino en los parques y otras zonas verdes de todo el hemisferio norte. Con lo contento que estaba yo con mi camiseta de franela, el jersey, el anorak, la bufanda, los guantes, el igloo y el oso polar, salgo esta mañana a la calle y me cruzo con uno de esos ejemplares de señores rosa con calcetines de canalé blanco comunmente denominados turistas, con una sonrisa de estar encantado de la vida y maravillado con el clima que te gustaría tener el teléfono de Galliano para que le dijera cuatro cosas (no sé cómo he podido reprimirme las ganas de hacer unos posts en formato trilogía sobre ese señor).


Y olé!



Y yo me pregunto: Si resulta que tanta esterilización y tanta higiene son culpables de que cada vez haya más casos de alergia, que se me ponen los ojos como sandías; si antes, cuando no sabíamos jugar sin pringarnos hasta los codos, estábamos que daba gloria vernos de lo sanotes y sonrosados que íbamos por la vida, ¿no podrían ser el Socórreme Deluxe, el Tiovivo, el programa de Ana Sosa con sus tertulias del Gran Perrazo y otros tantos programas de Telecirco el mejor remedio contra la alergia? Alguna utilidad tienen que tener.